by Adolfo Pérez Agustí (Author)
Caminan con naturalidad, incluso con vivacidad, realizando sin problemas las actividades de su vida diaria; sin embargo, poco a poco un peso inexplicable se pone en sus piernas, en sus pantorrillas, impidi ndole seguir avanzando, mucho menos correr o subir escaleras. Como si hubieran realizado un gran esfuerzo deportivo, las piernas se niegan a moverse, y el dolor y la incapacidad funcional se instauran bruscamente. Con el paso del tiempo, lo que antes se manifestaba de forma espor dica se hace cr nico y diario, cada vez m s intenso, hasta que las labores de la vida diaria empiezan a ser un tormento. Al mismo tiempo, o quiz mucho antes, las venas se dilatan, aparecen "ara as vasculares" y unas molestas y antiest ticas varices se muestran a lo largo de las piernas. Tambi n es frecuente que se hinchen las piernas, preferentemente los tobillos, que aparezca una celulitis al principio localizada y posteriormente generalizada, y que los calambres sean frecuentes y muy dolorosos.Esta patolog a est tan extendida, que se calcula que al menos una de cada cuatro mujeres la padece de forma cr nica, mientras que en los varones la proporci n es mucho menor. La edad agudiza los problemas y el enfermo se ve obligado a evitar situaciones f sicas que le aumenten el dolor y las molestias, al mismo tiempo que se ve privado de ponerse determinadas prendas que muestren sin lugar a dudas su mal. Las enfermedades venosas, adem s, no se limitan al sistema vascular de la circulaci n de retorno, ya que el sistema linf tico termina quedando afectado y sobrecargado, lo mismo que la funci n hep tica. Por eso, el tratamiento debe ser intenso y continuado ante las primeras manifestaciones. La medicina natural, como ya es habitual, proporciona numerosos y eficaces remedios para aliviar e incluso solucionar esta enfermedad, pero se requiere la colaboraci n del enfermo cuando se pretenden resultados notorios. Los malos h bitos de vida, calzado, alimentaci n, reposo y otros muchos, deben ser modificados cuanto antes y de forma s lida, pues ninguna planta medicinal puede solucionar lo que una mente insensata se empe a en destruir. Al mismo tiempo, y aunque apenas se contemple en los tratamientos convencionales, el enfermo debe adoptar una actitud psicol gica positiva en su curaci n, instaurando en su mente el deseo y convencimiento de que se curar , lo que ocasionar la adecuada movilizaci n energ tica de todos sus recursos pues, a fin de cuentas, ser el cuerpo quien se cure a s mismo. La medicina cu ntica ya ha puesto en entredicho la actitud pasiva de muchos enfermos, quienes se ponen d cilmente en manos de sus m dicos, esperando que sea ste y los medicamentos, quienes hagan el milagro de la curaci n. Esto no es posible, pues los medicamentos no poseen carga energ tica alguna, ni entran en resonancia con la energ a cu ntica del enfermo. Pueden suponer una ayuda, pero solamente como canalizadores de las vibraciones naturales, aquellas que determinar n la curaci n. Los remedios naturales, por el contrario, al tratarse de elementos org nicos, son reconocidos por el propio organismo humano y al principio se establece una sincron a entre las defensas corporales y el remedio natural, lo que conlleva al desarrollo de una vibraci n arm nica, como si se tratase de las seis cuerdas de una guitarra bien afinada. El resultado es una mente que quiere curarse y un cuerpo que recibe ayuda para lograrlo.Los remedios naturales descritos en este libro, ofrecen posibilidades reales de curaci n o mejora significativa.
Number of Pages: 110
Dimensions: 0.23 x 9.02 x 5.98 IN
Publication Date: October 17, 2020